Caracterización de nuevas cubiertas vegetales mono y multiespecíficas para olivar
María Auxiliadora Soriano Jiménez,
José Manuel Cabezas Luque,
José Alfonso Gómez.
Las zonas de olivar en Andalucía se vienen señalando repetidamente como intensamente degradadas por la erosión hídrica. El manejo del suelo del olivar mediante el uso de cubiertas vegetales ha mostrado su efectividad sobre la reducción de la erosión, aumento de la biodiversidad y mejora de las propiedades del suelo. Sin embargo, existen numerosas dificultades de tipo práctico a la hora de difundir e introducir el manejo del suelo con cubierta vegetal en olivares comerciales. Por ejemplo, el riesgo de competencia por el agua con el olivo cuando la cubierta vegetal es manejada de forma inadecuada, debido a la gran variabilidad de la fecha de siega óptima, según las características del suelo, clima y plantación.
El objetivo de este trabajo es la caracterización de alternativas de cubiertas vegetales (monoespecíficas y multiespecíficas) para su uso como técnica agroambiental en olivar, para las condiciones de Andalucía. Para ello se seleccionaron tres especies autóctonas (Bromus rubens (B), Medicago truncatula (M) y Anthemis arvensis (A)), respectivamente una gramínea, una leguminosa y una compuesta de ciclos cortos, y tres mezclas (B+M, B+A y B+M+A), usando tres proporciones distintas de cada especie en cada mezcla. Además, la mezcla de variedades de Brachypodium distachyon registrada comercialmente como ‘Vegeta’. Todas las alternativas se sembraron en otoño, en dos condiciones edafoclimáticas diferentes (Vega del Guadalquivir y Sierra; Córdoba), utilizando dosis de 2,66 (B), 1,70 (M), 0,10 (A) y 3,35 (Vegeta) g-semilla/m2 en las siembras monoespecíficas. Durante su ciclo se ha caracterizado el estado fenológico (escala BBCH), evolución de la cubierta vegetal (medidas periódicas de cobertura del suelo), producción de biomasa aérea y densidad y distribución de raíces (al inicio de primavera y final del ciclo), evolución de la humedad del suelo (sonda de neutrones) y aporte de N al suelo.
Los resultados del primer año de ensayo (2014-2015) mostraron un rápido establecimiento de las cubiertas vegetales, pese a la siembra tardía (7-10 noviembre, Vega del Guadalquivir), con porcentajes de cobertura del suelo (12-enero) del 57% (B), 40% (Vegeta), 33% (M) y 20% (A), variando entre 43-52% en las mezclas. El ciclo más corto fue el de A (floración: 25-marzo), seguido de M (31-marzo) y B (6-abril), siendo más tardía Vegeta. La producción de biomasa aérea (principios primavera) fue similar en B, M y en las mezclas (6,2 t/ha), seguido de Vegeta y A (4,4 y 3,7 t/ha). La biomasa y la profundidad radicales siguieron la secuencia B>Vegeta>M>A.
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